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Cómo Contratar un buen Fisioterapeuta para Evitar Lesiones o Recuperarte de ellas
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En este Programa hablo sobre:
- Por qué invertir en un fisioterapeuta
- Diferencia entre Fisioterapeuta, quiropráctico y osteópata
- Por qué huir de las mutuas de seguros
- Claves para escoger un buen profesional
- Si quieres que sea tu entrenador: antonioyuste.com/ayudame/
Si queremos tener una larga práctica deportiva y que las lesiones no nos limiten, una de nuestras patas de trabajo debe ser el hacerlo periódicamente con un fisioterapeuta.
Ninguna máquina o aparato que puedas aplicarte tú mismo puede sustituirlo, por muy caro que sean.
Lo ideal sería ir todas las semanas pero como esto es difícil para la mayoría, ya sea por disponibilidad de tiempo como económica, al menos una vez al mes.
El trabajar con este profesional, por mucho que hagamos descargas cada 3-4 semanas o 6, dependiendo de lo avanzado que esté el atleta y a la intensidad que sea capaz de entrenar, va a ser clave para que no nos empiecen aparecer lesiones conforme nos vayamos haciendo más fuertes.
Y es que a medida que la edad avanza y/o lo hace nuestra capacidad de generar más fuerza y levantar más peso al tener más músculo, la tensión muscular es mucho mayor y las articulaciones y músculos sufren desgastes mayores.
No es el mismo estrés para los músculos y articulaciones y tendones, aunque se tenga más músculo, el hacer series al fallo con 60kg en un press de banca o un peso muerto que con 180kg. Aunque se tenga más músculo, el daño muscular y articular es mayor y por tanto, se necesita más tiempo para recuperarse porque proporcionalmente no se avanza en los niveles de recuperación respecto al aumento de intensidad que se es capaz de generar.
Entonces, teniendo claro que debemos ir a un fisioterapeuta al menos una vez al mes, no sólo cuando haya problemas, sino para prevenir que no ocurran, porque una vez que ocurren podemos estar varias semanas parados sin poder avanzar y limitados en nuestro progreso, hay que ver primero qué diferencia hay entre un fisioterapeuta, quiropráctico y osteópata, para saber a quién de ellos debemos de ir.
Diferencias Fisioterapeuta, Quiropráctico y Osteópata
Hay muchas definiciones para determinar qué es un fisioterapeuta, una de ellas la dio la Organización Mundial de la Salud (OMS) en 1958. Según la OMS, la fisioterapia es “la ciencia del tratamiento a través de: medios físicos, ejercicio terapéutico, masoterapia y electroterapia. Además, la fisioterapia incluye la ejecución de pruebas eléctricas y manuales para determinar el valor de la afectación y fuerza muscular, pruebas para determinar las capacidades funcionales, la amplitud del movimiento articular y medidas de la capacidad vital, así como ayudas diagnósticas para el control de la evolución”.
¿Qué quiere decir esto? Pues que es el fisioterapeuta está capacitado para aplicar todas estas terapias: no sólo dan masajes sino que pueden aplicar técnicas válidas y necesarias en áreas tan específicas como la neurología o la respiratoria, pasando por cardiología y sin olvidar nunca el sistema músculo-esquelético, sobre todo con ejercicio terapéutico y medios físicos. También son capaces de diagnosticar. Todo ello gracias a los conocimientos adquiridos a través de la formación universitaria, actualmente de cuatro años en nuestro país.
Entonces ¿qué es un quiropráctico?, ¿y un osteópata…?
Un quiropráctico es una persona que trabaja específicamente en el sistema músculo-esquelético del paciente con el fin de corregir sus problemas en el sistema nervioso y el músculo-esquelético, así como los efectos que estos problemas acarrean en su salud. El tratamiento no requiere cirugía o fármacos. Muchas personas asocian los quiroprácticos con el trabajo en la columna. Pero ellos se dedican al sistema músculo-esquelético.
La osteopatía tiene un enfoque asistencial diferente: parte de un sistema de diagnóstico y tratamiento específico para incidir en la estructura del individuo y en los problemas mecánicos que pueden aparecer. Fue desarrollada por Andrew Taylor Still y se basa en la creencia de que huesos, músculos, articulaciones y tejido conectivo no sólo tienen la función evidente de formar parte de nuestro cuerpo, sino que desempeñan un papel esencial en el mantenimiento de la salud. Centran su praxis en el tratamiento de los tejidos blandos: buscan liberar la energía atrapada en los músculos mediante manipulaciones.
¿Dónde está el problema?: las maniobras pueden ser tan eficaces como cualquier otra.
El problema no es la técnica sino que, en España, dichas áreas de conocimiento -quiropraxia y osteopatía- son propias del fisioterapeuta, el único que legalmente puede practicarlas.
“La legislación española (Real Decreto 1001/2002) establece que son funciones de los fisioterapeutas, entre otras, el establecimiento y la aplicación de cuantos medios físicos puedan ser utilizados con efectos terapéuticos en los tratamiento… y la realización de actos y tratamientos de masaje, osteopatía quiropraxia, técnicas terapéuticas reflejas y demás terapia manuales específicas, alternativas o complementarias afines al campo de la fisioterapia”.
La osteopatía y la quiropraxia están reconocidas por la OMS como medicina tradicional complementaria y valora que deben ser profesionales sanitarios titulados y regulados quienes las apliquen. Esa es la diferencia, en España se consideran conocimientos propios de la fisioterapia y la formación para ejercerlas solo pueden impartirla legalmente en las facultades de Fisioterapia o en los cursos oficiales de postgrados.
El artículo 27.1 de la Constitución reconoce la libertad de enseñanza, lo que facilita que, al margen de la formación oficial, puedan existir otros tipos de formación reguladas. Éstas, al no estar reconocidas oficialmente, carecen de cualquier posibilidad de habilitación profesional, por mucho nombre que tenga la entidad que las imparte.
En el caso de los masajistas es parecido, no es una enseñanza universitaria y sólo el fisioterapeuta puede aplicar el masaje terapéutico. Un masaje relajante podría aplicarlo un masajista pero sus conocimientos del sistema músculo-esquelético siempre serán menores que los de un fisioterapeuta.
Por tanto, es como el poner dietas: en España sólo pueden hacerlo quienes tengan el grado de nutrición o el técnico superior en dietética, pero todo Dios pone dietas con un curso de entrenador personal.
En principio, si aplicamos la lógica, el profesional que además de tener la formación como quiropráctico también tiene la carrera de fisioterapeuta, tiene unos estudios superiores que el otro no tiene y por tanto, más conocimiento para diagnosticar y tratar nuestros problemas o prevenirnos de ello.
Pero aquí está la cantidad de formación no reglada que haya hecho cada uno y cuánto experiencia tenga y en qué campo.
Te puedes encontrar con fisioterapeutas que no están acostumbrados a trabajar con deportistas de fuerza como nosotros y un quiropráctico que sea un crack en ello aunque no tenga otra titulación.
Por lo que yo el tema de la titulación para ayudarnos no lo tomaría como único factor decisorio.
Lo que sí, es que primero, deberás ir a uno de pago. Es decir, si vas a una mutua y te mandan por el seguro, te van a poner una hora perdiendo el tiempo enchufado a una máquina que no te va a ayudar en nada y luego un masaje superficial de 10 minutos y mientras más veces vayas mejor porque más dinero les dan.
Así que aléjate todo lo que puedas de mutuas de seguros. Si tu seguro te cubre algunas sesiones de forma individual con el profesional estupendo, sino, te tocará meterlo en tu presupuesto, igual que la cuota del gimnasio o comprar pescado o pollo para comer.
Lo que sí que valoraría, es que el trabajo con máquinas si lo utiliza, sea una pequeña parte de la sesión que vayas a tener, porque la mayoría de nuestros problemas son sobrecargas musculares y articulares y pequeños desgarros y requieren trabajo manual para solucionar el problema.
Así que si en la primera sesión no se tira contigo un buen rato dándote con las manos un masaje si es este tipo de lesión o si vas como descarga muscular, colocar todo en su sitio etc…y te pone en una máquina y luego pone la mano para cobrar, huye corriendo de ese profesional.
La duración de la sesión tampoco es un indicativo de lo bueno o malo que sea ese profesional. Hay profesionales que no se tiran dándote un masaje preparatorio o relajante 30 minutos y en sólo 30 minutos van al grano de colocarte todo en tu sitio y hacerte un masaje deportivo. Yo al mejor que he ido en 30 minutos me despachaba e iba al grano.
Es muy raro que un buen profesional cobre menos de 30 euros la sesión, 35€ para arriba es lo normal, así que si cobra menos sino es porque no tiene muchos años de experiencia y quiere hacerse un nombre y cartera de clientes, no es buena señal. No vayas al más barato, el tirar el dinero en 12 sesiones al año a 20€ la sesión es mucho más caro que pagar el doble y no tener ningún problema nunca o si lo tienes que te lo solucione en 2 sesiones y no en 20 o incluso nunca.
Si vas ya con alguna ligera molestia de una sobrecarga en algún músculo, articulación, tendones…lo normal es que te coloque todos los huesos, te revise todo el sistema músculo esquelético por si hubiera algo más aunque no lo hayas detectado y luego se centre en la zona o zonas en cuestión.
Independientemente que tengas ya un problema o vayas para evitarlos, la sesión debe doler y es buena señal. Es decir, parte del tratamiento debe ser un masaje descontracturante y va a tocar toda la fascia muscular y al entrenar con pesas, como hay daño muscular, al trabajarlo el fisio o el quiropráctico, debe doler.
Por lo que si sales de la sesión, tengas algún problema o no, como si fuera un paseo y parece que te he dado un masaje relajante y la sesión no es una tortura, es una muy mala señal que lo que te ha hecho es un trabajo muy superficial que no te va a beneficiar en nada.
Si tienes un problema de una sobrecarga muscular, articular etc…lo normal es que los dos días siguientes, estés incluso peor que antes de ir y pienses que algo ha ido mal y te ha hecho daño, incluso puede que te salga un hematoma. Esto es normal y es buena señal y a los pocos días debería empezar a mejorar.
Y si te dice cosas como “aléjate de las pesas definitivamente”, “no hagas nada durante unos meses”…es muy mala señal, siempre y cuando no tengas un gran desgarro que tengas que tener inmovilizada la zona o algo diagnosticado muy grave, porque el buen profesional cuando te haya dado alguna o pocas sesiones te irá diciendo que tienes que ir viendo cómo va mejorando y debes volver a ponerte a prueba con los entrenos.
Yendo a ciegas mira a ver las opiniones que hay en google maps de esta persona ya que es uno de los pocos testimonios y opiniones que no están manipulados, aunque siempre pueden ponerse 20 amiguetes a hablar bien de él, pero si hubiera descontentos, al menos, ahí quedan publicados.
Y por supuesto, si tienes referencias de amistades, nunca mejor que eso, pero analiza que no sean familiares o amiguetes que hacen recomendaciones basadas en amistades o relaciones personales y no en su profesionalidad y lo que le han ayudado.
Espero que con estos consejos puedas escoger un profesional en el que tu inversión sea realmente rentable y te permita una larga práctica deportiva sin limitaciones.
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